Aprender a decir no: el método DOC

Aprender a decir no: el método DOC

Está demostrado científicamente: estamos programados para decir “sí” cuando nos piden un favor aunque muchas veces no queramos hacerlo.

Tal vez seas una persona muy servicial y quieras ayudar siempre a las personas que te rodean, pero lo cierto es que, a lo largo de los años, la ciencia ha explicado las razones psicológicas que nos llevan a echar una mano incluso cuando no tenemos tiempo.

Desde los homínidos, los humanos adoptaron un comportamiento complaciente en los grupos. Esto aumentaba sus probabilidades de supervivencia, ya que así podían compartir recursos y apoyarse en otros miembros. Si alguien era visto como agresivo, podía ser excluido del grupo, algo que le perjudicaría a la hora de buscar comida o pareja. Lo que conllevaba a decir siempre “sí” con tal de satisfacer sus necesidades y la de sus compañeros.

Dicho esto, algo que no podemos negar es que la búsqueda constante por la aceptación sigue entre nosotros en todos los aspectos, vemos la aceptación como un mecanismo de pertenencia y de afianzar nuestras relaciones, por lo que casi siempre tendemos a hacer malabares con tal de no decir no. Ahora bien, si tenemos esa mala costumbre en nuestra vida personal, en el ámbito profesional no sería menos.

Aceptar nuevas tareas o proyectos cuando en realidad estamos agotados, significa posponer las que ya teníamos pendientes y nos hemos comprometido a terminar. Algo que puede impactar negativamente en nuestra productividad a corto y a largo plazo.

¿Eres capaz de decir no en el trabajo?

Si tu respuesta es no, a continuación te explicamos en qué consiste el famoso método DOC para que, la próxima vez que te echen un proyecto encima, puedas decidir si aceptarlo o no sin sentirte culpable.

D – Distracción del trabajo cotidiano:

Hazte esta pregunta “¿esta nueva propuesta me va a distraer de las responsabilidades fijas de mi trabajo?”
Las distracciones que de alguna forma nos obligan a cambiar de tema radicalmente acaban no aportando nada positivo a nuestra capacidad de terminar lo que ya habíamos empezado. Es importante analizar si la nueva tarea sería un complemento de las que ya realizamos o si, por el contrario, tendríamos que cambiar de dirección.

O – Objetivos relacionados:

Tus proyectos individuales y funciones rutinarias deben alinearse a los objetivos que te has propuesto alcanzar en un período determinado. Si la nueva propuesta cumple este requisito, podría ser interesante aceptarla aunque te distraiga de tus tareas diarias, si por el contrario solo te aleja de tus metas, lo mejor sería rechazarla. Esto hará que tus acciones tengan un efecto positivo en tu trabajo (y en tu carrera profesional).

 C – Considerar las ventajas:

Tal vez quieras asumir nuevas responsabilidades y ves la nueva propuesta como una oportunidad de demostrar tus habilidades. Sin embargo, no cometas el error de intentar agradar siempre cuando te pidan un favor. Si no encuentras una razón válida ¿para qué responsabilizarte de algo que no aportará nada positivo a tu bienestar y productividad?

Recuerda: decir sí a todo es lo mismo que decir no a lo que verdaderamente deberíamos dar prioridad.

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